Se hace la dura. Se cree que no llorando es más fuerte y que llorando genera lástima. Creyó que diciendo que sin eso que los une, iba a desatar la discusión que solucionará todo. Es tan simplemente una chica, común y corriente que de día sonríe como si ningún viento la pudiese volcar , pero de noche le teme a la oscuridad y duerme agarrada a la media medalla que cuelga de su cuello todos los días. Es un ítem de ella.
Un día se quiso quitar la media medalla, se hacia la ruda la pobre. Su cuello desnudo no llegó a durar ni cercs dos horas. En cambio su llanto sí. Quitarse esa cadenita era mucho más que cambiar de collar, era perder parte de su alma. Sintió tanto dolor como si le hubiesen arrancado el corazón sin anestesia. Lloró, más de lo que lloró cualquier noche. Y así como a un bebé al regresar le el chupete deja de llorar, a ella, regresando la cadenita al cuello, su dolor desaparecio como magia, pero su angustia no. Aun asi, su creencia perduraba: mientras exista algo de amor a través de la cadenita, existirá un hilo delgado y rojo uniéndola a su amado.
Le mintió a él cuando le dijo que se la había sacado, o no, porque lo intentó, pero inmediatamente volvió. Lo único que no volvió fue el anillo, pero solamente porque hace ruido y para las prácticas médicas no se puede usar. Pero eso no lo dijo, porque no se sabe explicar. Tantas cosas no dijo hablando de más.
Enojada dice muchas cosas que no llegan a Puerto y hasta pueden no comprenderse, contradecirse, perderse. Que ser más idiota.
No sabe que pasa, no sabe el por qué de las situaciones que últimamente le pasan. Es humana, débil, frágil y sentimental. Lo contrario a lo que en su cabeza se refleja. No sabe expresarse, no sabe decir las cosas sin sonar egocéntrica, sin mencionarse en la oración. Es torpe e ingenua. Es común. Le gusta escribir, cosas sin sentido, como este texto, que no tiene final.
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