Burbujas de primavera
revientan en mí;
café amago con sabor dulce
se enrosca entre las sabanas.
Mas allá de los ladrillos,
el oro cubre a aquellos desnudos,
paralizados, de pie
aguardando el amor.
Vidrio blanquecino,
humo en mis palabras,
difusa el calor
contenido entre nuestras palmas.
Capullo de nueva flor
se abre en mi pecho,
color sangre,
color amor.
Te veo soñar,
desgastando mis labios en tu cuello
impregno rosas en tí,
rastro de mi primavera.
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