Una a una guardaba esas tardes hermosas en una cajita sin fondo en su pecho, a la que algunos llaman corazón. ♥
Ella era una experta en coleccionar cosas, desde las cartas más dulces hasta el regalo más sencillo, pero su colección más valiosa era esa que guardaba en esa cajita tan especial. Porque aquellos eran momentos que no se podían quemar, no se podían extraviar, no se podían olvidar. Esas tardes, compuesta de millones de sencillos detalles, era lo único que la acercaba a su amado cuando él ya no estaba a su lado. El recuerdo y el revivir cada instante una vez más, la hacía desear que otras tardes, iguales o mejores a esas, se repitieran. Le daban la data de que tan enamorada estaba, de que tan grande era el imperio que esa persona había fundado en su corazón.
Esas tardes, soleadas, nubladas, ventosas, o de lluvia romántica, cobraban vida solo cuando las manos de ella y él se unían formando el lazo más resistente.
El no deja de regalarle tardes y ella...no deja de coleccionarlas.
Quee lindo lo que escribiste!!! :)
ResponderEliminarVees?? Si se que tenes lado optimista.. y es hermoso ♥
que hermoso comentario, la verdad un aplauso muy grande, sos mi angelita,jaja!
ResponderEliminarCamu
Te amo ♥
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